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NO A LA MINA DE CARBÓN EN EL RÍO SOCUY

La energía limpia de la Venezuela del siglo XXI

Venezuela tiene todas las condiciones naturales para generar casi toda su energía eléctrica en base a la energía eólica y solar, y el Zulia reúne todas las condiciones para hacerlo, más cuando ya posee el inicio de las instalaciones del Parque Eólico de La Guajira, y científicos del IVIC tiene la técnica necesaria para hacer más eficientes los paneles solaras y las intenciones plenas de ser instalados debajo de los aerogeneradores de este parque en la Guajira, lo que significaría generar casi el doble de la energía que sale del Gurí (18.000 MV).

El siglo XXI es la era de la energía limpia, pues así los políticos de Brasil, Argentina, México, o Chile, por decir algunos de América Latina, lo entendieron, por no nombrar a los de Alemania, Francia, o España en la vieja Europa. Estos presidentes y sus organizaciones políticas comenzaron a entender que la era del imperio de la energía fósil (petróleo, gas y carbón) y nuclear debe ser superada en el Siglo XXI, pues es muy serio lo que más de 2000 científicos especialistas en clima nos anuncian todos los días: que la vida en y del planeta tierra está seriamente amenazada, que nos equivocamos en el uso ciego del concepto de desarrollo y progreso a partir de los combustibles fósiles, la ciencia y la tecnología; que la nueva civilización a venir desde ahora no puede estar montada en la energía fósil, pues genera muerte, guerra, hambre, sed y destrucción, sino en energía limpia y en el respeto de lo diverso, por supuesto incluyendo el pensamiento y las creencias.       

Intereses trasnochados del poder imperial de los combustibles fósiles

Tanto en nuestro país, como en todos los cinco continentes, existen intereses que se mueven en sentido contrario de las agujas del reloj, y se resisten en asumir esta verdad histórica, y por lo tanto vienen a escondidas proponiendo abrir en los estados Zulia y Táchira nuevas minas de carbón y plantas eléctricas en base al uso y consumo de esta sucia y contaminante energía a generar de este mineral fósil; sin percatarse que su tiempo pasó, simplemente ya no estamos en el inicio de la revolución industrial europea y del carbón, sino de los saberes de los pueblos y del hidrógeno, del astro rey sol y el viento tan relacionados con “Juyá” como nos dirían los wayuu del Socuy y del embalse Manuelote, sabia y pacientemente orientados por su democrática organización Maikiraalasalii.

Es en este lugar de wayuu y de Juyá, como cuando llegó el carnicero de indios, el conquistador alemán Ambrosio Alfínger en 1531, donde se librará el combate por el futuro y por el uso de la energía limpia, pues estas comunidades wayuu se oponen a entregar sus tierras tradicionales para que se abran enormes cráteres para sacar carbón (10 millones de toneladas métricas al año) como en el río Guasare (6 millones de toneladas métricas al año) y pase una vía férrea para llevarlo a tierras de los Añuu Puerto Bolívar a orillas del Mar Caribe y entrada del Lago de Maracaibo, o Estuario de Maracaibo, como tan acertadamente nos enseñan el biólogo Dr. Carlos Luis Bello y su inteligente compañera Dra. María Isabel Cabrera Fernández, que lo llamemos, por tratarse efectivamente de un estuario.

Se sigue llamado en América “desarrollo” al extractivismo energético minero

Por: 
Sociedad Homo et Natura

Sabino Romero, líder indígena yukpa asesinado el 3 de marzo 2013Es la continuidad de la renta de nuestros suelos con bosques o sin ellos y el uso gratuito de nuestras aguas superficiales y subterráneas para extraer y exportar materia prima bruta o manufacturada generadas por el extractivismo energético minero, el modelo que ahora se presenta en nuestra América como nuevo por los Gobiernos tanto progresistas como de derecha. Pero los pueblos saben que es el mismo modelo depredador extractivista imperialista, sólo que ahora se presenta envuelto en celofán revolucionario.

O la venta de nuestros suelos para producir alimentos tragénicos, azúcar, alcohol o aceite soportado en el uso de agroquímicos, “se estima que el 25% del territorio uruguayo y paraguayo y al menos el 10% del argentino están en manos de empresarios extranjeros (…) La principal refinadora de azúcar y productora de alcohol de India Shree Renuka Sugars adquirió 130 mil hectáreas en Brasil, en tanto que el grupo Walbrook compró cerca de 600 mil hectáreas en Argentina (…) En Bolivia se estima que al menos 700 mil hectáreas están en manos de agroindustriales brasileros, argentinos, peruanos y colombianos, la mayoría destinada a la producción de soya transgénica” (http://www.ecoportal.net).

La venta y la renta del suelo o las fórmulas de empresas mixtas para ser dueñas las empresas imperiales del petróleo, el gas y el carbón en el subsuelo venezolano y en varios países de América y sus anexos necesarios para construir o ensamblar toda la infraestructura necesaria para sacar, trasportar y embarcar materia prima a los países desarrollado de Europa y Estados Unidos o en vía en desarrollo en Asia y América nos harán más pobres, dependientes, corruptos, menos democráticos y lo que es peor nos hará coparticipe de acelerar la destrucción de toda las forma

Venezuela: por defender el territorio está preso Sabino Romero

Por: Sociedad Homo et Natura, 14/09/10

Todos los pueblos originarios tienen sus propios sistemas de justicias, sus códigos éticos y morales soportados en sus particulares cosmovisiones y sistemas de valores que les han servidos desde tiempos inmemorables para resolver sus conflictos y problemas socios cultuales.

Deslastrándose de alguna manera entre pugnas de intereses los Estados Nacionales de sus orígenes vinculados con la ruptura cultural/espacial territoriales propias de naciones históricas, o de su pasado colonial viene aceptando y reconociendo en sus constituciones y leyes los derechos consuetudinarios de estos pueblos y naciones que viven dentro de los territorios nacionales; fue el 13 de septiembre del año 2007 cuando se aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, luego de más de dos décadas de discusión entre los representantes de los Gobiernos de los Estados Nacionales.

Desde la creación de los Estados Nacionales los pueblos originarios del mundo han tenido que pasar por la tormentosa situación de esperar que sus existencias sean reconocidas con sus modos y maneras de vida, costumbres y leyes particulares, así como sus territorios y linderos. Es hoy la clase o sector de clase con el poder que le otorga el Estado Nacional quien le impone tutoría, sumisión y obediencia para respetar sus existencias.