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Rio Socuy (Venezuela)

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De nuevo el fantasma del carbón en venezuela

Communicado
Fecha de publicación: 
Martes, 10 Febrero, 2015
Por: 
Sociedad Homo et Natura

Sabino RomeroSabino RomeroEl Decreto 1.606 del 10/02/15 de Gaceta Oficial Nº 40.599 anuncia la muerte de la Guajira venezolana, así como en Colombia la Mina de Cerrejón. Ambos hermanos espacios binacionales poseen el carbón de una misma formación geológica que llega hasta Lobatera, Táchira, pero defendidos en la superficie por dos pueblos fraternos wayuu y alijunas abrazados en una misma bandera tricolor por el amor verdadero a su tierra, al agua de sus ríos y a su gente originaria y mestiza.

El Decreto 1.606. Dejará sin agua a la Guajira, Maracaibo, Mara, La Concepción San Francisco.

LA GUAJIRA, ENCLAVE CHINO: ZONA DE SACRIFICIO

1. Los embalses El Brillante, Manuelot y Tulé serán afectados si se sigue deforestando aguas arribas de los embalses y abriendo más huecos para sacar carbón desde Monte de Oca, Sierra de la Majayura límites con Colombia hasta el norte del río Socuy. Más si se sigue abriendo más minas (como aspira los empresarios privados chinos) en las cuencas de los ríos Socuy, Maché y Cachirí. 

2. Para sacar este carbón se construirá una vía ferroviaria desde estas minas hasta el poblado Pararú en el municipio Guajira, atravesando zonas de libre pastoreo, poblados y cementerios familiares wayuu.

Articulos

NO A LA MINA DE CARBÓN EN EL RÍO SOCUY

La energía limpia de la Venezuela del siglo XXI

Venezuela tiene todas las condiciones naturales para generar casi toda su energía eléctrica en base a la energía eólica y solar, y el Zulia reúne todas las condiciones para hacerlo, más cuando ya posee el inicio de las instalaciones del Parque Eólico de La Guajira, y científicos del IVIC tiene la técnica necesaria para hacer más eficientes los paneles solaras y las intenciones plenas de ser instalados debajo de los aerogeneradores de este parque en la Guajira, lo que significaría generar casi el doble de la energía que sale del Gurí (18.000 MV).

El siglo XXI es la era de la energía limpia, pues así los políticos de Brasil, Argentina, México, o Chile, por decir algunos de América Latina, lo entendieron, por no nombrar a los de Alemania, Francia, o España en la vieja Europa. Estos presidentes y sus organizaciones políticas comenzaron a entender que la era del imperio de la energía fósil (petróleo, gas y carbón) y nuclear debe ser superada en el Siglo XXI, pues es muy serio lo que más de 2000 científicos especialistas en clima nos anuncian todos los días: que la vida en y del planeta tierra está seriamente amenazada, que nos equivocamos en el uso ciego del concepto de desarrollo y progreso a partir de los combustibles fósiles, la ciencia y la tecnología; que la nueva civilización a venir desde ahora no puede estar montada en la energía fósil, pues genera muerte, guerra, hambre, sed y destrucción, sino en energía limpia y en el respeto de lo diverso, por supuesto incluyendo el pensamiento y las creencias.       

Intereses trasnochados del poder imperial de los combustibles fósiles

Tanto en nuestro país, como en todos los cinco continentes, existen intereses que se mueven en sentido contrario de las agujas del reloj, y se resisten en asumir esta verdad histórica, y por lo tanto vienen a escondidas proponiendo abrir en los estados Zulia y Táchira nuevas minas de carbón y plantas eléctricas en base al uso y consumo de esta sucia y contaminante energía a generar de este mineral fósil; sin percatarse que su tiempo pasó, simplemente ya no estamos en el inicio de la revolución industrial europea y del carbón, sino de los saberes de los pueblos y del hidrógeno, del astro rey sol y el viento tan relacionados con “Juyá” como nos dirían los wayuu del Socuy y del embalse Manuelote, sabia y pacientemente orientados por su democrática organización Maikiraalasalii.

Es en este lugar de wayuu y de Juyá, como cuando llegó el carnicero de indios, el conquistador alemán Ambrosio Alfínger en 1531, donde se librará el combate por el futuro y por el uso de la energía limpia, pues estas comunidades wayuu se oponen a entregar sus tierras tradicionales para que se abran enormes cráteres para sacar carbón (10 millones de toneladas métricas al año) como en el río Guasare (6 millones de toneladas métricas al año) y pase una vía férrea para llevarlo a tierras de los Añuu Puerto Bolívar a orillas del Mar Caribe y entrada del Lago de Maracaibo, o Estuario de Maracaibo, como tan acertadamente nos enseñan el biólogo Dr. Carlos Luis Bello y su inteligente compañera Dra. María Isabel Cabrera Fernández, que lo llamemos, por tratarse efectivamente de un estuario.

Se sigue llamado en América “desarrollo” al extractivismo energético minero

Por: 
Sociedad Homo et Natura

Sabino Romero, líder indígena yukpa asesinado el 3 de marzo 2013Es la continuidad de la renta de nuestros suelos con bosques o sin ellos y el uso gratuito de nuestras aguas superficiales y subterráneas para extraer y exportar materia prima bruta o manufacturada generadas por el extractivismo energético minero, el modelo que ahora se presenta en nuestra América como nuevo por los Gobiernos tanto progresistas como de derecha. Pero los pueblos saben que es el mismo modelo depredador extractivista imperialista, sólo que ahora se presenta envuelto en celofán revolucionario.

O la venta de nuestros suelos para producir alimentos tragénicos, azúcar, alcohol o aceite soportado en el uso de agroquímicos, “se estima que el 25% del territorio uruguayo y paraguayo y al menos el 10% del argentino están en manos de empresarios extranjeros (…) La principal refinadora de azúcar y productora de alcohol de India Shree Renuka Sugars adquirió 130 mil hectáreas en Brasil, en tanto que el grupo Walbrook compró cerca de 600 mil hectáreas en Argentina (…) En Bolivia se estima que al menos 700 mil hectáreas están en manos de agroindustriales brasileros, argentinos, peruanos y colombianos, la mayoría destinada a la producción de soya transgénica” (http://www.ecoportal.net).

La venta y la renta del suelo o las fórmulas de empresas mixtas para ser dueñas las empresas imperiales del petróleo, el gas y el carbón en el subsuelo venezolano y en varios países de América y sus anexos necesarios para construir o ensamblar toda la infraestructura necesaria para sacar, trasportar y embarcar materia prima a los países desarrollado de Europa y Estados Unidos o en vía en desarrollo en Asia y América nos harán más pobres, dependientes, corruptos, menos democráticos y lo que es peor nos hará coparticipe de acelerar la destrucción de toda las forma