En este año, 2009, la crisis económica generada por la ambición desmedida de los grandes capitales trasnacionales y por la irresponsable complicidad del gobierno, está coincidiendo con muchas otras crisis políticas, sociales y ambientales que estallan en los pueblos, comunidades, barrios y ciudades enteras de nuestro país.

Al mismo tiempo en México se vive hoy la más grave sequía de los últimos sesenta años y también se han padecido algunas de las lluvias más torrenciales en años recientes, sin que se pueda recolectar y aprovechar ese vital líquido para dar de beber a la sedienta población, pero tampoco han servido para aliviar la destrucción ambiental del campo, probando así que el manejo irracional que hace el gobierno de los recursos hídricos de nuestro territorio está alcanzando un límite que podría significar el colapso de todo el país. Asimismo, el gobierno federal ha emprendido una ilegal agresión en contra de los trabajadores electricistas del centro del país, al decretar la desaparición de Luz y Fuerza del Centro y, con ella anuncia, entre otros, la amenaza contra toda aquella organización social de ser criminalizada por oponerse públicamente a las políticas de despojo que representan Felipe Calderón y toda la clase empresarial que gobierna nuestro país.

La situación de despojo y destrucción social y ambiental se extiende por todo el país mediante procesos de urbanización salvaje que expanden las áreas urbanas con unidades habitacionales mal llamadas "de interés social" que incluyen gasolineras y gaseras contaminantes, tiendas de conveniencia, hipermercados o centros comerciales que propagan una cultura consumista cuyo resultado es el estallido de una crisis sin precedente en la generación de basura tóxica de todo tipo que ahoga a los pueblos de las periferias urbanas y del campo por igual porque, como con el agua, también la basura se ha convertido en un jugoso negocio de empresas transnacionales que conlleva a la especulación con las tierras, la contaminación de los ríos, barrancas, lagos, lagunas y hasta el aire que respiramos.

En el campo la situación es igualmente grave: mientras el gobierno continúa promoviendo por todo el país su esquema de salida de la crisis económica mediante la promoción de devastadores proyectos de construcción de infraestructura, como presas, refinerías, rellenos sanitarios, basureros a cielo abierto, confinamientos de residuos tóxicos, peligrosos u hospitalarios o hasta incineradores de arco de plasma, puertos y aeropuertos, inútiles plantas privadas de tratamiento de agua, entre otros, el gobierno también amenaza hoy a todos con la irreversible destrucción de las miles de variedades del maíz mexicano al haber aprobado la siembra experimental de maíz transgénico en varios estados del país, a pesar de la oposición general de campesinos, consumidores y científicos de todas partes.

En medio de todas estas amenazas, los gobiernos de todos los niveles, de todos los partidos y en todos los estados, están permitiendo la actuación impune de una industria depredadora, agresiva y acaparadora que ha convertido a los ríos, de los que anteriormente se abastecían las comunidades, en basureros lineales, drenajes a cielo abierto o receptores de sus desechos tóxicos para producir automóviles, pantalones de mezclilla, ensamblar computadoras o cualquier otra basura para el consumismo moderno, o bien, se ha apropiado de enormes extensiones de tierras al modo de los antiguos latifundistas para instalar gigantescas "granjas" de pollos, vacas o cerdos y minas a cielo abierto que hacen desaparecer lagunas, ríos, acuíferos subterráneos y esparcen fauna nociva y enfermedades contagiosas, agudas o degenerativas entre las comunidades.

Este es el caso del Valle de Perote, región en donde se registró en México, el primer caso de la pandemia del virus de la influenza porcina o virus H1N1, este valle abarca los estados de Veracruz y Puebla, y en donde se encuentra asentada la empresa Granjas Carroll de México (filial de la trasnacional estadounidense Smithfield Foods), la cual se dedica a la producción industrial de cerdos y cuyo funcionamiento ha ocasionado la contaminación del suelo, del aire y las aguas, lo que perjudica el derecho constitucional de sus habitantes a desarrollarse en un ambiente sano, situación que es más preocupante ante las evidencias de una grave contaminación y sobreexplotación de los mantos acuíferos subterráneos. Es decir, se trata, sin exagerar, de un verdadero atentado al ecosistema, cuya afectación trasciende en distintas esferas: aerobiosis, las aguas del subsuelo y la misma economía local de dichas poblaciones

Para poder tener una idea de la problemática, las industrias productoras de cerdos confinan miles de animales en espacios cerrados. Los productores de la industria de la carne, rutinariamente suministran a sus animales antibióticos terapéuticos sin propósitos médicos sino para estimular, de forma no natural, el rápido crecimiento de los cerdos. El uso excesivo de los antibióticos es una parte integral del sistema de producción tanto como para sacarlos al mercado más rápido, como para mantenerlos con vida en las condiciones de confinamiento en que se crían.

Las evidencias de la gravedad del problema se encuentran en el manejo de los desechos de la cría de los cerdos (por una parte, el agua utilizada en el aseo de las instalaciones y por la otra, la mezcla de excrementos, orina, residuos químicos y biológicos, que son arrojados a las lagunas de oxidación). Para tener una idea más clara del impacto ambiental basta con tener presente que un solo cerdo produce 10 veces más de excrementos y 4.5 veces más el nitrógeno producido por un ser humano. Más del 80% de los antibióticos suministrados a los cerdos, pasan sin cambios a través de los animales hacia las lagunas ricas en bacterias. Una empresa porcícola, es decir, un solo sitio que es un conjunto de naves, cada uno con un promedio de 100,000 cerdos puede producir el desecho fecal equivalente a una ciudad de un millón de personas.

La empresa porcícola Granjas Carroll de México produce en el valle más de un millón de cerdos con el empleo de un promedio de 5 trabajadores por sitio en la región, lo cual significa que la empresa se apropia y destruye los recursos hídricos, el suelo y el aire sin generar beneficio social ni económico substancial, entre otras razones, por sus procesos altamente automatizados.

Por estas y muchas otras razones es que los pueblos, comunidades, barrios y organizaciones sociales y civiles convocamos a la: QUINTA ASAMBLEA NACIONAL DE AFECTADOS AMBIENTALES
Que se realizará los días sábado 7 y domingo 8 de noviembre de 2009 en la comunidad de Chichicuautla, Puebla, asentada en el Valle de Perote, y la cual representa una de las 26 comunidades afectadas por y en lucha, contra la agresiva trasnacional porcícola Granjas Carroll de México.

Para mayores informes, ver CONVOCATORIA