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Los Laureles, Picachos, Hassar's, basureros sin rienda

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Fecha de publicación: 
Martes, 18 Junio, 2013
Por: 
Un Salto de Vida

En El Salto, pueblo del occidental estado de Jalisco de este país México, transita un Río al que muy allá sus pobladores originarios lo llamaban “El Chignahuapan”, palabra Nahua que significa "potencia de nueve ríos", platican los antiguos que cuando venían los conquistadores hacia estas tierras empezaron a oír lejos un estruendo, al irse acercando al Río abriéndose paso entre la tupida vegetación, se encontraron con una cascada espectacular, quedaron maravillados. Al ver ese espectáculo natural tan colosal y en honor a su santo Santiago lo bautizaron como El Río Grande de Santiago.

Esta caída fue conocida en tiempos modernos como El Salto de Juanacatlán, con sus más de 20 metros de altura por 167 metros de ancho y por su caudal se consideraba la más grande del país y la número siete del mundo. El cauce del Río después de la caída de agua, corría agitado, recio, rugía, se va encajonando, si Uno lo empieza a mirar de arriba, comienza a embarrancarse, al llegar a las tierras de un pueblo milenario llamado Tololotlán se asilencia, hace un remanse, ahí se juntan las fronteras de El Salto, Juanacatlán y Tonalá. Ahí pegado a "Tololo" pero en la parte de arriba en lo parejo, en el llano, estaba el Rancho “Los Laureles”.

En Los Laureles, vivían los Pérez, los García, los Torres, los Hernández, los Bedoy, y aquellos que no me acuerdo, tenían escuela donde dio clases por mas de 50 años la maestra mamá de los Lomelí, había iglesia, la gente sembraba de temporal y de riego gracias al arroyo de Los Laureles, del que Nosotros tomábamos agua y nos bañábamos.  Ahí habitábamos entre el Río y sus Arroyos, aprendimos a distinguir el canto de sus pájaros, el ruido del agua y sus silencios.

Pero como dicen unos en esta vida todo tiene su ley y su sinrazón, en un terreno ubicado en Los Laureles, lejos de Tonalá, municipio al que pertenece, y más lejos aún de Guadalajara –propietaria de dicho terreno de 80 has aprox.- pero curiosamente ubicado a escasos cinco metros de El Salto, sólo cruzando el arroyo, por allá en 1986 en ese rancho de gente humilde, la ciudad comenzó a depositar basura.

Guadalajara de una manera "inteligente" compra estas tierras lejos, como para llevar las culpas, los desechos, donde Nadie los vea, y de este modo descansar su conciencia, pareciendo que no pasa nada, por desgracia los desechos están en los patios de Nuestras casas, por lo tanto para los pueblos resultan pegadores.  En 1991 el basurero recibía de la ciudad cerca de 500 toneladas de basura diaria, en 1994 se le concesiona la recolección a la empresa CAABSA . En el 2000 el basurero entra a las ligas mayores al recibir 1100 tons. de basura al día. Esta empresa inició con una imagen verde, con bandas separadoras, separaban los  materiales reciclables, hacían  composteo, etc., pero como dice el dicho la codicia rompe el saco, se interesaron más en recolectar la mayor cantidad de basura, puede ser por una razón obvia, pues el cobro es por toneladas de desechos.

El basurero por muchos años funcionó a cielo abierto, por más de 15 años los lixiviados corrían como Juan por su casa, depredando el ecosistema. En un estudio de caracterización puntual de las descargas al Rio Santiago en 2006,  la  Comisión Estatal del Agua (CEA), documenta que la empresa CAABSA,  aporta al cauce del río,  a través del arroyo “de tomar agua” (Los Laureles) y el de Los Juncos, 24 litros de lixiviados por segundo, depredación similar a la que producen 100 000 personas, según datos del estudio.

Hoy el basurero recibe mas de 4500 tons. de basura proveniente de los municipios de Guadalajara, Tonalá, El Salto, Juanacatlán, Tlajomulco de Zúñiga y recolectores particulares. El gobierno y la empresa presumen sustentabilidad, cubren con capas de tierra la basura que pueden, es tanta que no se puede cubrir al día, los únicos ambientalistas activos ahí son los pepenadores, separan lo que pueden, son muchos desechos, además en unas condiciones precarias de trabajo, que ni al más grande esclavista de la colonia se le ocurriría. Por si fuera poco, el basurero tiene un pecado de origen, aproximadamente 20 has no tienen geomembrana -capa impermeable- (G. Bernache) encaminándose los lixiviados al subsuelo, afectando los mantos freáticos.

Actualmente el rancho Los Laureles se fue para el olvido, sepultado por millones de toneladas de basura, lo que era El Bajío hoy es un cerro en la orilla de la barranca, como una amenaza oculta para sepultar allá abajo al milenario Tololotlán. Los pueblos de El Salto, Juanacatlán y Puente  Grande, parecen maldecidos, al tener en su patio los desechos de sus  "vecinos poderosos" que crecen destrozando los territorios de los vecinos pobres, generando gases de basurero, agresión visual por el actual paisaje degradado, el despojo de el agua por contaminación de lixiviados y basura, y lo más contundente, la enfermedad y muerte de las comunidades cercanas, esto es una corta muestra de la larga lista de afectaciones despojadoras. Curiosamente, esto genera a la empresas como Caabsa, Picachos y Hasar`s ganancias....mal habidas, los pobladores como contraparte nunca han visto el brillo del dinero de este territorio destrozado.

Para remachársele a uno el clavo, el Río Grande de Santiago sigue su curso hacia el mar del Océano Pacifico, pasa por las tierras de Guadalajara y Zapopan, en territorio Zapopano sobre el suelo de la comunidad de Milpillas están los basureros de Picachos y Hassar's, recibiendo 2600 toneladas al día de basura aproximadamente, ubicados en la parte alta de la cuenca del Arroyo Grande de Milpillas, los lixiviados corren por su cauce, antiguo arroyo de aguas zarcas que en su paso por El cañón del Jaguar, abastecía a las comunidades de San Lorenzo y Huaxtla. Los basureros mandaron al silencio el arroyo, mataron sus especies acuáticas endémicas, los animales se enfermaron y se murieron árboles frutales de hasta más de cien años, ahora seguimos Nosotros dijo Teódulo, al tiempo que las enfermedades –de piel y respiratorias principalmente- han aumentado. Ahora su agua dejó de usarse y San Lorenzo depende del agua que le da Huaxtla.

Podríamos continuar escribiendo la pila de daños, no elegidos, que sufren los pueblos, sin dejar de agregar que los depredadores nos ven como extranjeros en Nuestra propia tierra, esa suerte ingrata de los desposeídos, obligados a veces a comprar el garrote con el que recibirán su propia paliza. Es decir sobre Nuestros lomos se cargan los costos sociales, ambientales y económicos de cualquier acción gubernamental sea para bien o para mal.

Pues bien la gente de los pueblos, los afectados, los que vivimos en el escalón que está pegado al suelo, con un crecido respeto consideramos tener un sentido común ilustrado, al darnos cuenta que esto no está bien, acudimos al gobierno, municipal, estatal, federal, a SEMADET, CEA, CONAGUA, PROEPA, PROFEPA, SEMARNAT, por citar algunos, además tomamos acciones propias, usando la bandera del pacifismo hicimos marchas, plantones, ruedas de prensa, tentativas de cierre del basurero, juntas públicas, tristemente para darnos cuenta que los gobiernos caminan de la mano al lado de los culpables, de todas Nuestras acciones hemos obtenidas solo brillantes derrotas. Aquí seguimos los pueblos confiando en que un día cambien las cosas, extrañando Nuestros uvalanos, Nuestros arroyos,  Nuestra higuera, Nuestro anzuelo. Aquí seguimos los pueblos al igual que el Rio y sus arroyos sin hacer ruido....llorando. Abrazos perpetuos, gracias.

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