En la actualidad, el capitalismo brasileño controla un porcentaje importante de las principales fuentes de divisas de los países de la región: los hidrocarburos en Bolivia; la minería en Perú; la ganadería y los frigoríficos en Uruguay; la energía de Itaipu y la soya en Paraguay. Argentina que disputaba el liderazgo de Cono Sur con Brasil ha tenido importantes ramas absorbidas por grandes empresas brasileñas en estos años.
Empresas como Petrobras, Vale, Votorantim, Odebrecht, Gerdau e Friboi se han convertido en grandes multinacionales listadas en los rankings de la UNCTAD; incluso han comprado empresas estadounidenses y canadienses; han incrementado los activos bajo su propiedad en el exterior y han participado activamente de la apropiación del botín de las privatizaciones en Latinoamérica, ya sea mediante fusiones y adquisiciones, con privatizaciones disfrazadas como los contratos de capitalización; y en algunos casos incluso suplantado la presencia del capital estadounidense y de otros países del imperialismo dominante.
Hoy en día el capitalismo brasileño controla el 50% de la inversión directa en Sudamérica y genera procesos masivos de despojo y proletarización de nuestros pueblos de modo tan funesto como el imperialismo dominante. Es el caso de la Odebrecht en Ecuador que arrebata territorios a los pueblos indígenas e impone megaproyectos como trasvases de ríos para regar monocultivos privados destinados a la exportación. Leer mas
* Profesor de Economía Política Internacional de Brasil;
versión ligeramente modificada de la ponencia presentada en el Foro
“¿Socialismo del Siglo XXI o capitalismo por otros medios?”, auspiciado
por el Foro Boliviano de Medioambiente y Desarrollo (FOBOMADE), La Paz,
29 de octubre de 2010.
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