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Contaminación del agua: La técnica de hidrofracturación,  utilizada bajo fuerte presión para extraer los gases de esquisto en altas profundidades (2-3000m), necesita el uso de agua, arena y productos químicos. De los 994 productos químicos que se utilizan y que han podido ser identificados, tales como ácidos, bactericidas, fragmentadores, estabilizadores de arcilla, reductores de corrosión, espumosos, anti-espumosos y agentes de contención; solo se conoce la composición completa  del 14% de los casos. Sin embargo se ha mostrado que cerca de la mitad de las substancias químicas que componen estos productos son perturbadores endocrinos  o productos clasificados como CMR (Cancerígeno, Mutàgeno, Reprotoxico). El riesgo de contaminación de la napas freáticas es real, ya que 40% del agua inyectada se pierde, como lo ponen de manifiesto los problemas de escape en los USA, en donde hace decenas de años estos procedimientos son utilizados. El Estado de Nueva York pidió un moratorio temiendo una contaminación irreversible del agua potable que alimenta la cuidad.

Contaminación del aire: se observan contaminaciones ligadas a los tederos  de gas. Las aguas de las perforaciones que son recuperadas (aproximadamente el 60%) y almacenadas en estanques de decantación a cielo abierto, favorecen la evaporación de sustancias volátiles, generando una contaminación química que podría ser perjudicial para la salud de la población ribereña, considerando los testimonios de las personas de las zonas de perforación que dicen haber sufrido trastornos respiratorios, alergias, dolores de cabeza, calvicie, así como el fallecimiento prematuro de su ganado. Además, el importante transito cotidiano ocasionado por los camiones utilizados para traer el agua, la arena y los productos químicos y para llevar el gas y las aguas contaminadas, genera sus propias contaminaciones y molestias.

La RES condena una política energética que consiste en saquear los últimos recursos fósiles del suelo con el fin de cumplir con objetivos energéticos que no fueron debatidos democráticamente, corriendo el riesgo de contaminar irreversiblemente los recursos de agua que necesitan más que nunca una política de protección y de preservación. La RES no puede sino oponerse al uso de estas técnicas que no hacen sino añadir contaminación a la contaminación. La búsqueda de soluciones a la crisis energética no puede hacerse sin tomar en cuenta el costo sanitario de estas políticas . Esa cuestión debe ser claramente identificada. 

La RES sostiene la coordinación de los colectivos regionales que en los últimos meses se han puesto en marcha para impedir la instalación de los pozos de perforación de gas de esquisto.