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Brasil: el combate de las “rompedoras” de coco babasú

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Al norte y nordeste de Brasil, cerca de 350 mil mujeres obtienen sus medios de subsistencia del coco babasú. Cuando se prohibió el acceso a los palmerales, algunas de estas mujeres crearon un movimiento nacional, el Movimiento Interestadual de Rompedoras del Coco Babasú (MIQCB, por sus siglas en portugués). Juntas, le hacen frente a los terratenientes, exigen el acceso libre a las palmas babasú y procuran impedir la destrucción de éstas por las compañías agroindustriales, mineras y carboneras.

La nuez de coco babasú

Numerosas familias de las zonas rurales del norte y nordeste de Brasil practican «el agro-extractivismo», una combinación entre la agricultura de subsistencia y la colecta de coco babasú, fruto de una palma que crece en los bordes de la amazonia. El coco babasú abastece un número impresionante de productos alimentarios y de uso doméstico: su almendra es utilizada para extraer aceite, que sirve para cocinar y fabricar jabón, champú, detergente y productos cosméticos; su pulpa es transformada en harina (utilizada en la alimentación, posee propiedades antiinflamatorias y analgésicas); la cáscara de babasú produce carbón; en fin, las hojas de la palma son utilizadas en la construcción (techos) y para la producción artesanal (bolsas, cestos, sombreros, etc.). Tradicionalmente, los hombres se dedican a la agricultura y las mujeres se encargan de recoger, romper y comercializar las nueces, de ahí su denominación de «rompedoras». Así, el babasú es también una indispensable fuente de ingresos para las familias.

Los orígenes del movimiento

En la década de los años setenta y ochenta, las regiones de Maranhão, Pará, Tocantins y Piauí conocieron importantes conflictos agrarios que resultaron en la expulsión de numerosas familias y la prohibición de acceso a los palmerales, que fueron hechos propiedad privada.

Las mujeres de las diferentes regiones se organizaron. En 1991, crean la Articulación de las Rompedoras de Coco Babasú. Desde el tercer encuentro, en 1995, ésta se convierte en el MIQBC, que hoy reúne a cerca de 300 mujeres de las diferentes zonas de los cuatro Estados brasileños. Reuniones plenarias que han tenido lugar cada tres años, permiten a las mujeres venidas de las diferentes comunidades discutir su situación y construir estrategias comunes.

En febrero pasado (2009), fuimos a la sede del movimiento, a San Luis de Maranhão, donde encontramos a Luciene Dias Figueiredo, asesora del MIQCB. He aquí sus respuestas a nuestras preguntas:

¿Cuál ha sido la evolución de la situación desde el inicio del movimiento?

Desde los violentos conflictos con los terratenientes en los años 1970-80, la presión territorial sólo se acentuó. Superficies cada vez más grandes son concedidas a empresas de exploración minera (hierro, manganeso, bauxita, níquel, etc.) y de agroindustria -ganadería para exportación, monocultivos de dendé (utilizado por la industria de los cosméticos), de soya y de mamona (agrocombustibles). Las empresas de producción de carbón vegetal compran los palmerales para transformarlos en carbón y los reemplazan por plantaciones de eucaliptos. Estas diferentes actividades, que se aceleraron en los años 2000, destruyen las palmas babasú y privan a las quebradeiras de sus medios de subsistencia.

¿Qué defienden las "rompedoras" de nuez de babasú?

Las quebradeiras denuncian la devastación de los palmerales y los proyectos de desarrollo que destruyen el ambiente y empobrecen a sus familias. Ellas luchan por obtener leyes que garanticen un libre acceso a las palmas babasú. 15 leyes municipales obligan ya a los propietarios a dejar  a las quebradeiras recoger las nueces en sus palmerales.  Sin emabrgo, incluso si esas leyes son adaptadas, las mujeres del movimiento deben continuar la lucha para exigir su aplicación. Nuestra lucha está ligada también, más largamente, a la mejora de las condiciones de vida, la salud, la educación, etc. Es una lucha constante por los derechos de base.

¿Cuáles son, para usted, las principales victorias?

Antes, ser rompedora de nuez estaba considerado como una vergüenza. Gracias al movimiento, numerosas mujeres se asumieron como quebradeiras, su actividad es, en lo sucesivo, valorizada. Su resistencia es reconocida a escala nacional como una lucha de las mujeres por la valorización de su trabajo, por la preservación del ambiente, por el acceso a los recursos naturales, por la seguridad alimentaria...

  Localmente, hay numerosas salientes que permiten ser optimistas. En ciertas zonas, el acceso libre es una realidad. "Reservas extractivistas" de coco babasú, otra forma de acceso a la tierra, han sido creadas. El combate para el mejoramiento de las condiciones de producción y el acceso a los mercados también dio resultados. Hoy, 26 grupos de mujeres fabrican productos artesanales a base de babasú. Cooperativas locales consiguen mejores precios a la venta, ciertas empresas que comienzan a tomar en consideración las particularidades de las economías familiares agro-extractivistas.

No obstante, numerosas quebradeiras continúan cosechando de manera ilegal y la reciente ofensiva de las empresas (mineras, agroindustriales, de carbón) vuelve la situación particularmente difícil.

Mas informacion : www.miqcb.org.br (en portuges)

Traducción : Cecilia Franco

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