Fecha de publicación:
Sábado, 7 Septiembre, 2013
Por:
Melissa Moreano Venegas
Hoy, por primera vez en la historia de nuestro país, se discute en las calles, los cafés, las filas de los bancos, las casas, la idea loca que tuvo el Ecuador de dejar una reserva de petróleo bajo el suelo. Las discusiones han sido gatilladas por la decisión del gobierno de terminar con la Iniciativa Yasuni-ITT que tras 6 años no logró levantar los fondos suficientes de la comunidad internacional para dejar indefinidamente bajo el suelo el petróleo del bloque ITT dentro del Parque Nacional Yasuni. En este blog hay una relación bastante completa de los sucesos: http://otra-educacion.blogspot.com.au/2013/08/lecturas-para-entender-y-defender-mejor.html.
Al dar por terminada la Iniciativa, el presidente Correa anunció: “el mundo nos ha fallado”, refiriéndose a que la comunidad internacional no dio el dinero que Ecuador merecía por su sacrificio. Anunció también que sin el petróleo del ITT Ecuador no podría salir de la pobreza ni alcanzar el Buen Vivir, frase con la cual el gobierno ecuatoriano ha renombrado al desarrollo. Desde entonces la consigna gubernamental ha sido “petróleo o muerte”: nos dibuja imágenes de extrema pobreza en un mar de abundantes recursos naturales. De extracción petrolera aséptica, casi como si fuera llevada a cabo en un quirófano. De ecologistas infantiles de panza llena que les gusta la pobreza de los ecuatorianos como parte del folclor. Por último, de oscuros intereses imperialistas (o eco-fundamentalistas de extrema izquierda como dicen aquí: http://bullazurda.org/2013/08/23/articulo-yasuni-entre-el-eco-fundamentalismo-y-el-socialismo-del-buen-vivir/) que buscan desestabilizar al gobierno de la Revolución Ciudadana. Últimamente ha empezado a caer la mentira y se admite que el Yasuni “ya está tocado” pues tiene 5 bloques petroleros operando ilegalmente en su interior. Ilegalmente porque su operación fue aprobada con la Constitución anterior a la de 2008, que prohibía terminantemente extraer petróleo de áreas protegidas.
Ahora bien, ¿qué y cómo respondemos los colectivos y personas que defendemos la no explotación petrolera en el Yasuni? Siguiendo la reflexión que me gatilló Antonio Malo (http://ecofilosofadas.blogspot.com.es/2013/08/la-naturaleza-no-existe-y-el-yasuni-itt.html), ensayo aquí un análisis de los 3 principales argumentos que se esgrimen desde la defensa del Yasuni y por qué creo que el argumento preservacionista, que llama a “no tocar” el Yasuni es erróneo.
1. El argumento preservacionista
Hoy sabemos que a lo largo de las fases de exploración, perforación, explotación, transporte e industrialización, la actividad petrolera provoca inmensos daños ambientales que llegan a ser irreparables: desestabilización de suelos, deforestación, erosión, pérdida de biodiversidad, ruido, pérdidas de ojos de agua, contaminación de aguas y del aire.